CUERPO, DOCUMENTO VIVO. Por Dra. MTF. Ps. Erika Rodríguez


A modo de introducción


Le invito a imaginar los significados que ha escuchado de las palabras sobrepeso y obesidad. 


Es posible identifique en su imaginario, voces de saberes científicos desde investigaciones médicas, genéticas, nutricionales, psicológicas, educación, economía, migración, entre otros discursos que pueden abordarse en sobre mesas y diálogos cotidianos para hablar del cuerpo de las personas, como desde las esferas científicas para responder ante lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2004, ha situado como la epidemia del siglo XXI. 


Cada saber disciplinar hace énfasis en lo que considera puede responder a las causas multifactoriales con las que se describe el sobrepeso y obesidad, como sus alarmantes impactos sistémicos en la salud en la vida las personas y sus familias. Dentro de cada saber disciplinar sea cual sea sus explicaciones todas relacionan en el discurso la importancia de la salud mental como factor que incide, limita y se ve impactado en las personas. 


Haciendo revisión de las investigaciones, junto a los motivos que llevan a las personas a buscar atención psicológica como parte de las prescripciones médicas ante el sobrepeso y obesidad, se reducen, a baja autoestima, depresión, cambio de hábitos alimenticios, ansiedad, problemas por la imagen corporal en las relaciones sociales, trastornos de conducta alimenticia entre otras situaciones relacionadas a la salud mental y específicamente a estados emocionales que se espera sean atendidos.


Los estados emocionales de las personas que viven sobrepeso y obesidad, expuestos en el párrafo anterior, son resultado de investigaciones en las que, aunado a las consecuencias de salud física, están indicadores de salud mental. Sin embargo, tales saberes aun no han impactado lo suficiente en los estilos de la vida cotidiana, lo cual se ve reflejado en las estadistas de salud pública afectando a la población infantil que están atravesando comorbilidades que se caracterizaban décadas atrás en el mundo adulto.


Por lo que más que hacer énfasis en los estados emocionales como psicopatologías, lo que es transversal en las personas que se refieren así mismas con sobrepeso, obesidad y personas en general que solicitan los servicios de salud mental, es el cuidado de su cuerpo “la relación que han construido”, el desconocimiento de su mundo emocional y los significados con los que han aprendido a establecer relaciones con la comida.


Sin embargo, invito a la siguiente reflexión a las personas que continúan la lectura del presente artículo, a observar su cuerpo como un lienzo vivo que traza formas socioculturales de SER y ESTAR, con saberes, memorias, como el mundo emocional que pareciera tan conocido que eso lo hace tan desconocido, al asumir y dar por sentado que son las emociones, hasta considerar que hay buenas, malas, describir a estas como formas únicas de vivirse, ¿se ha preguntado cómo se relacionan con la comida y el cuidado en la corporalidad que habita?

 

¿Cómo se relacionan con la comida y con el cuidado del cuerpo?


El fin no es caer con planteamientos reduccionistas y causales, creer que tal estado emocional, lleva a una ingesta excesiva de alimentos, o que la depresión y la ansiedad son los productores de esto, más bien, como las personas aprendemos a saciar estos estados emocionales con comida, en que etapas de la vida se dan estos significados estableciendo sistemas de circuitos cerebrales de recompensa y placer, el neurogenetista español David Bueno en su libro Epigenética para el cuidado de tu cuerpo, explica, que tales comportamientos compensatorios aparecen por posibles estados de sufrimientos, dolor emocional.

 

¿Dónde queda el cuerpo cuando el mundo mental está en pugna? 



Si observa la vida cotidiana en la que se constituye portador de un cuerpo, que espacios consientes encuentra para escuchar la voz de las necesidades emocionales de su corporalidad, ejemplo, le ha tocado la experiencia de comer no por hambre, si no por aburrimiento, y no se dio cuenta.  

Las emociones son voces del cuerpo que se habitan, siendo un litoral poblado por las interpretaciones del mundo sociocultural, en él se transita y se crean estilos de vida tan poderosos capaces de modificar programas genéticos como describen las investigaciones de Manuel Estellar. Durante el tránsito por la vida se aprende a conocer el mundo a través del cuerpo, y las emociones son su  motor y el sentido mismo de la existencia, aprender a conocerlas, contenerlas, sin los temores con los que en gran parte son socializadas, como si no hubiera posibilidad de encuentro para la tristeza, enojo, dolor, vacío, soledad, desesperación y mostrarlas pueden situarse como un problema o motivo de vergüenza, entonces es mejor comérselas con un buen postre, tacos, pizzas, e incluso sustituir el amor y abrazos a través de las carnes asadas, frituras, dulces, chocolates.

El fundador de la epigenética, Donald Hebb (1949, 1975, 1990), quien asevera que nuestras emociones modelan incluso nuestros mecanismos biológicos más extraordinarios, que en cada caso son responsables estructurales de nuestra manera de sentir. no hay nada fisiológico que no sea también psicológico y, viceversa, ningún fenómeno es puramente psicológico, en cuanto produce inevitablemente alteraciones biológicas. Sobrepeso y obesidad, traen consigo la antesala de un mundo emocional desconocido por el cuerpo que se ve afectado.

No hay emoción correcta que habite los cuerpos. Solo hay cuerpos que no son escuchados y atendidos sus discursos. Llegando al grito desesperado para ser vistos. Dando paso a las damas poderosas llamadas enfermedad y muerte. La invitación de aprender a cuestionar los significados de la comida como alimento que nutra no compense las emociones, aprender abrazar y secar las lágrimas en lugar de compensar con galletas, nieves, acompañar las risas con viajes en bicicleta y palabras reafirmantes. Nunca es tardea para la reconexión de la conciencia con el CUERPO como DOCUMENTO vivo, en el que se pueden reaprender desde etapas tempranas su cuidado, necesidades e identificar las emociones y formas amorosas se acompañarse.


Tu cuerpo, mi cuerpo una especie de contenedor de lo que eres y soy en realidad; esencia e identidades son los verdaderos habitantes del cuerpo un yo: un yo abstracto, intangible, descarnado.

Tu cuerpo y mi cuerpo son anatomía de la vasija perentoria.


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Erika Rodríguez Estrada Dra. MTF. Ps.

Dir. Gral. Centro de Desarrollo Personal, Familiar y de Pareja, JIAPSI

Psicoterapeuta del Desarrollo Humano, Familiar y de Pareja



Cómo citar este artículo en Apa:

En el texto: (Rodríguez, 2023)

En las referencias: Rodríguez,  E. (7 de Septiembre de 2023). Cuerpo, documento vivo.  Cesistchile.https://https://cesistchile.blogspot.com/2023/09/cuerpo-documento-vivo-por-dra-mtf-ps.html


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